lunes, 19 de agosto de 2013

Profundizar desde una mirada particular

Por Eugenia Rodríguez

  La construcción de un edificio en dignas condiciones, es un hecho que cambió sustancialmente el diario desempeño de las actividades en la Escuela de Enseñanza Media Nº 403 de Casas,  resultado de más de una década de lucha por obtener un lugar propio que permita a alumnos y docentes, contar con las instalaciones y material que toda institución educativa necesita.

  La concreción de este sueño, el relato de cada paso, de los reclamos sin respuesta, de los avances y retrocesos, permitió dar cuenta de la importancia del trabajo colectivo y del papel trascendental de quienes decidieron hacer de este reclamo una bandera indiscutible de la institución. Por ello, seguir profundizando la investigación se vuelve indispensable.

  En primer lugar, partiendo por considerar que toda historia tiene un origen, un punto de inicio en el que la decisión y acción de ciertas personas le da impulso, es importante indagar sobre el papel que, desde su lugar de directora de la Secundaria de Casas, desempeñó María Teresa Mafezzini, que luego de asumir allá por 1991, trabajó para lograr un edificio adecuado para los alumnos. 

  En relación, y como segunda consideración, profundizar el conocimiento sobre dicha participación, permite entender también cómo se dio ese origen y sobre todo cómo se desarrollaron los acontecimientos, desde su mirada y actividad, desde lo que para Mafezzini significó esa lucha y el resultado logrado, considerando que “la escuelita de Casas es como mi hija”, según afirma constantemente la docente ya jubilada.

  En tercer lugar, conocer su  historia personal permitirá también enlazar su decisión de ser docente, su trayectoria, su lugar y forma de vida, y el rol que asumió al frente de una institución en la que estuvo por más de 20 años. Así como no es posible comprender un hecho histórico, por ejemplo, la reasignación presupuestaria en educación, con una nueva ley de financiamiento educativo a nivel nacional, sin remitirse a un pasado caracterizado por medidas políticas en sentido opuesto, tampoco es factible entender el presente de una escuela en particular, sin remitirse a sus raíces, a los protagonistas de su historia.

  En cuarto y último término, vale decir que al escribir sobre la nueva construcción edilicia, se hicieron evidentes dos perspectivas opuestas de lo que representa. Si bien, la mayoría de las docentes consultadas rescató que se trata de un logro para toda la comunidad, con cambios no solo en infraestructura sino también en la calidad del proceso de enseñanza-aprendizaje; no puede dejarse de lado lo que planteara entre otros, la propia ex directora, sobre que “se construyó sobre terreno ajeno, por lo que no puede decirse que lo edificado pertenece realmente a la institución”, siendo de gran interés indagar en mayor medida sobre tal consideración.

  Por todo lo mencionado, cabe decir entonces que ampliar la investigación periodística ya realizada es necesario de acuerdo con el objetivo de enlazar lo narrado sobre la obra, con otros detalles que permitan profundizar el camino desandado desde aquella pequeña aula improvisada, donde comenzó la primera promoción hasta las instalaciones modernamente equipadas de la actualidad, en base a la tarea que puede desempeñarse desde un cargo directivo, desde el rol de educadora, de compañera de trabajo, desde quien afirma: “después de tantas cosas vividas, de sentir a la escuelita y a los alumnos, mi familia, hoy alejada y sin tenerlos, siento herido el corazón”.

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