miércoles, 28 de agosto de 2013

La gráfica pide ser escuchada

Fuente: http://www.revistasculturales.org
“¿Por qué los mapuches pueden tener una radio y no una revista?. ¿Cuál es la diferencia con lo audiovisual?”.

  Tal interrogante es traído a la charla sobe la experiencia de La Garganta Poderosa, una revista mensual de cultura villera, dirigida por el conjunto de asambleas comunitarias que conforman el colectivo La Poderosa.  Y se inscribe en el contexto de presentación, el pasado mes de mayo, del Proyecto de Ley de Fomento a la Producción Autogestiva de Comunicación Social por Medios Gráficos y de Internet, en el Congreso Nacional, que apunta a “que la comunicación vuelva a ser una herramienta de cambio social mientras nos ganamos la vida trabajando”, según señalaron desde la Asociación de Revistas Culturales Independientes de Argentina (AReCIA) al momento de dicha presentación.


  

  En estos días, la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, sancionada en octubre de 2009,  vuelve a ser el foco de atención de las agendas de los medios de mayor trascendencia nacional que, desde posiciones diversas, vuelcan en sus páginas y programas de radio y TV, una catarata de opiniones, reflexiones y posibles devenires de una norma que es resultado del trabajo de años de agrupaciones y entidades que vinculadas a la comunicación, formaron la llamada Coalición por una Radiodifusión Democrática y sus 21 puntos para “la democratización de voces”.

  Sin embargo, luego de casi cuatro años de aprobada, y de idas y venidas judiciales que refuerzan la necesidad de poner fin a las concentraciones monopólicas, la Corte Suprema de Justicia que debe expedirse sobre la constitucionalidad o no de los artículos 41 y 161 de la ley citada, convocó para hoy a una audiencia con “los amigos del Tribunal”, definida por tal Poder como de “trascendencia institucional”.

  “Nosotros apoyamos la Ley de Medios, pero no podemos negar que también nos implica padecer más a Clarín abarrotado en la gráfica. Hoy el mercado editorial está muy difícil, ya que si históricamente estaba dividido de forma que el que produce contenidos no distribuye, el que vende no produce contenidos y el que  distribuye no vende -esto es canillita, distribuidora, medios de comunicación-, es evidente que Clarín también fue comprando parte de los recorridos de distribución, al punto de que se han encontrado galpones con ejemplares de La Garganta Poderosa, de Barcelona y Mu, que no fueron distribuidos por los contratados por ese grupo económico”.

  Al respecto, el proyecto que impulsan los medios gráficos autogestivos apunta a complementar la discusión y garantías establecidas con la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual, en tanto parte del común interés por lograr el reconocimiento del Estado a las producciones independientes de forma que puedan sostenerse en el campo de la comunicación frente a la concentración mediática que en los diversos soportes atenta contra la ampliación de voces, con posibilidad de expresión de nuevos y diferentes actores sociales que apuestan a lograr la soberanía cultural, desde una concepción diferente de sus interlocutores, con predominio de valores, prácticas y creencias que representan lo propio de cada comunidad. 

  “Lo bueno de esta batalla es que nos unificó como sector, no solo a las revistas independientes y culturales sino también con los canillitas, es decir, a los que intervenimos en la cadena de la producción y venta”. 
Por lo que el trabajo individual y colectivo de las revistas autogestionadas, su lucha y organización por la sanción de una ley que les permita enfrentar barreras impositivas, de financiamiento y circulación y proteja el interés del público de contar con una mayor pluralidad de voces en el periodismo, declarando “patrimonio cultural argentino” al sector de revistas culturales, es un debate sobre derechos ciudadanos, intereses económicos y soberanía cultural. Es decir, una discusión sobre políticas de Estado, que abarca el derecho social a estar informado y el derecho a comunicar, dando cuenta de su relevancia social-cultural, económica e histórica.




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