miércoles, 14 de agosto de 2013

A contramano de los gurúes

"Se trata de escuchar sobre economía no para vaticinar lo que va a pasar sino para tratar de entender los temas económicos que se nos presentan a diario".
Con esta frase, se presentó el economista Alfredo Zaiat, en la Feria Rosario Libro y Lectura, para charlar sobre su libro, Economía a Contramano, en el que remarca que toda economía es política.


El pasado lunes 12, en el marco de la segunda jornada de esta feria de libros, un auditorio expectante se predisponía a escuchar las reflexiones de un periodista que, a diferencia de los gurúes mediáticos, entiéndase supuestos especialistas en economía, asegura que no sabe lo que va a pasar en esta disciplina que "lejos de ser una ciencia exacta es eminentemente una ciencia social, en la que participan actores sociales en permanente disputa".



Sobre ese "punto esencial o concepto básico" Zaiat dijo que, entender a  la ciencia económica como ciencia social, no es un elemento menor a  la hora de tratar temas económicos, en tanto pone en cuestión el discurso dominante respecto de  la forma de intervenir en la economía. "Significa que es un espacio en el que se dirimen intereses contrapuestos de diversos actores económicos, por ende siempre van a estar en tensión y van a existir rupturas. La visión de un equilibrio y bonanza eterna es falsa, porque cada actor que interviene tiene objetivos específicos, en términos simples, son el capital, que busca maximizar ganancia y el trabajo, que busca incrementar el poder adquisitivo".

En relación a lo anterior, el conductor del programa radial Cheque en Blanco, agregó que como consecuencia de esa mirada ortodoxa de la economía, se recurre masivamente a los técnicos, es decir: "A aquellos economistas que tienen un modelito al que presentan como mera sucesión de variables económicas-matemáticas que generan ciertos resultados, dejando de lado la intervención de los diversos sujetos sociales".
En complemento, y ante un número creciente de asistentes que se acercó a la sede del Espacio Cultural Universitario (ECU), expresó que lo anterior permite explicar el fuerte predominio de soluciones mágicas que "encubren la defensa de intereses de sectores privilegiados, del poder económico".

Tales intereses, "necesitan de  la jerarquizacion del rol del economista, ubicarlo como un economista rey, que estaría por encima del saber general de la sociedad y sobre todo de los políticos, que tienen que subordinarse a los que les dicen que pasa y sobre todo a lo que se asegura que va a pasar". Ello se plasma en la elaboración de políticas económicas a aplicar por los poderes políticos elegidos por la voluntad popular, aspecto al que "no se le da importancia", para responder a lo que supuestamente sucederá en materia económica, "es un saber eminentemente político ideológico, a pesar de que se presenta como neutral", aclara el escritor.

Sobre el impacto de este discurso enraizado en la sociedad, el panelista de Todavía es Temprano, describe que "lo que se genera es el comportamiento pasivo de la mayoría de la población que empieza a aceptar las medidas promulgadas por estos economistas como indispensables, a pesar de que en realidad van en contra de los propios intereses". 

Luego, para ejemplificar de manera más concreta su análisis, propone a los oyentes, adultos y jóvenes varios, pensar en los diez años de gestión del Gobierno Nacional, para dar cuenta de que "los pronósticos que se fueron vaticinando han sido todos fallidos". Al tiempo que mencionó otro hecho clave para entender como funciona este relato tradicional: "En Estados Unidos, en Washington, en una manzana donde hay un edificio, que es la sede del Fondo Monetario Internacional, se encuentra la mayor densidad por metro cuadrado de economistas pronosticadores".

"El FMI, elabora dos veces al año un librito que se llama Perspectivas de la Economía Mundial, por intermedio de un ejército de economistas pronosticadores que trabajan para predecir lo que va a pasar en los países del sistema capitalista mundial. En tal sentido, repiten que en el caso de los que se orienten hacia la reducción del gasto público, implementen ajustes fiscales, con bajas de salarios y jubilaciones, y privatizaciones, les va a ir bien". Su objetivo, aclara Zaiat, seria la búsqueda de la estabilidad económica mundial, y por consiguiente la de prevenir las famosas crisis mundiales del capitalismo.

"Pero en la década del ´90 hubo una gran cantidad de crisis en los países emergentes. La primera fue en diciembre del 94, la llamada Crisis Mexicana y el Efecto Tequila, luego la Crisis de los Tigres Asiáticos, con Corea del Sur como potencia mundial, se suman las de Rusia, Brasil, Argentina,Turquía, es decir, una sucesión de crisis. Según una investigación ordenada por el propio Congreso de los EE.UU. en la que se analizaron las economías de 87 países denominados emergentes, desde 1991 a 2001, hubo 134 crisis y recesiones en diez años, de las cuales el FMI solo previó 15, un 11 por ciento del total".

En línea con lo anterior, según el autor de Economía a contramano, lo más relevante es poder intervenir de otra forma en el debate económico, para no estar vulnerables a la denominada, "economía del miedo", que surge de los constantes anuncios sobre crisis venideras que jamás llegan a concretarse, pero que infunden tal miedo social que generan desesperación para que alguien, el que tiene ese supuesto saber técnico necesario, actúe como el salvador de unos intereses que presentados como de la sociedad toda, son pura y exclusivamente los del mercado financiero y grandes capitales. Ejemplos claros son las recetas neoliberales aplicadas ante la crisis de nuestro país en los noventa y su desenlace a principios de este siglo y las que se proponen como grandes soluciones en España, Grecia, Portugal. 

Como tercer concepto importante, se agrega el vinculado con que "cuando hablamos de economía tenemos que eludir hablar de modelo económico porque representa al concepto de ciencia exacta que se quiere imponer, lejano a la intervención sobre el espacio político".

En complemento, el periodista explicó que "debemos ingresar en el debate de los procesos económicos entendidos como lo que son: proyectos políticos con objetivos económicos, para comprender mejor las medidas adoptadas en cada tiempo y circunstancia. Por ejemplo desde el 2003, creo que se inició un proyecto político cuyos objetivos económicos se pueden definir como de alto crecimiento económico, con generación de empleo, industrialización, inclusión social, disminución  de la pobreza, todo ello atravesado por la fuerte intervención del Estado. Se puede estar de acuerdo o no con ese proyecto, pero no pueden negarse sus bases, porque todos los ciclos fueron y son proyectos políticos con metas económicas".


Sobre el actual proyecto político, resalta dos medidas a las que califica como definitorias:

1-Pago de la deuda con el FMI: "Esta decisión que involucró un gran esfuerzo de la sociedad argentina, tiene que ver con los objetivos económicos de la política vigente en esta última década, que para cumplir con un sostenido crecimiento económico y generación de empleo, necesitó sacarse de encima a este organismo internacional, que con sus auditorias trimestrales venía y establecía que había que hacer y que no, como forma de sometimiento y control, claramente expresada en los titulares de los diarios, sobre la "preocupación de la misión del Fondo por el estado de la economía argentina".


2-El fin del sistema de AFJP: "Desde la década del ´70 con la masiva instalación de bancos y propagación de las entidades del sistema especulativo, se conforma un circuito en el que siempre hubo estafas y fraudes. Con las AFJP todos los meses les robaban el 30 por ciento de los aportes previsionales de los trabajadores, para quedárselos los bancos, los agentes de bolsa, las compañías de seguros, y semejante estafa fue aceptada socialmente a partir de la extraordinaria campaña publicitaria desde los medios y los asesores, "hombres de negocios", que se multiplican por los canales, con un mismo discurso. Era necesario ponerle fin a esta gran estafa no solo por una cuestión de equidad del sistema de aportes sino porque el manejo de los fondos desde el Estado es el que ha permitido cumplir con los objetivos económicos del proyecto".



INFLACIÓN:

Al ser consultado sobre este tema de gran impacto e interés en la sociedad, Zait comenzó por afirmar que hablar de inflación es entender cómo se forman los mismos los precios.
"Los aumentos de precios en la Argentina son un problema, principalmente los precios de alimentos, bebidas y productos de limpieza y tocador, es decir la canasta básica de la población, donde la clase media y baja destina gran parte de su dinero. Definido el problema debemos hacer un  diagnóstico del mismo. El discurso ortodoxo instalado dice que el aumento es porque se emite mucho, se gasta mucho y por un incremento de los costos laborales, entiéndase por esto último, los salarios; lo que significa en otras palabras que la culpa es del Estado, por no controlar esas variables".

A continuación detalló que los aumentos de precios se observan con más intensidad desde el 2007. No obstante ello,  en estos años no ha habido  ni desborde monetario, ni de gasto público ni inclusive salarial, ya que si bien los trabajadores mejoraron su situación, se evidencian condiciones  muy dispares por sectores, sumado a las cifras del trabajo informal y precarizado, por lo que "en realidad ese diagnóstico ortodoxo no tiene sustento concreto".

Una mirada más precisa respecto de la suba de precios debe considerar entonces cinco fuentes de tensión inflacionaria, que sí son notables en estos años:

1- Puja distributiva: "Surge de la tensión o disputa en el espacio económico entre capital y trabajo o salario y tasa de ganancia, ya que cada uno busca sus intereses, pero obvio que el más fuerte siempre es el capital porque mas allá de la capacidad sindical para lograr un aumento del 25 por ciento en los salarios, la última palabra la tienen los empresarios que suben los precios. Ahí es donde tiene que intervenir el Estado para regular esa puja, logrando la desaceleración de ambos aumentos, en la negociación paritaria".

2- Los sectores formadores de precios: "Es evidente el abuso de la posición dominante de monopolios y oligopolios para fijar los precios, por ello se necesita una fuerte intervención estatal porque lo que hace falta en nuestro país es una mejor ley de defensa de la competencia, que posibilite una mejor intervención sobre los sectores de composición dominante, pero en ello no solo importa el papel del ejecutivo en cuanto gobierno, sino también el del legislativo y el del judicial, donde tenemos claros antecedentes de cómo suele fallar ante los monopolios".

3- Devaluación: "Siempre se devalúa, pero no bruscamente como pretenden ciertos sectores, sino que hay una política de administración del tipo de cambio con pequeños ajustes del dólar, la paridad cambiaria. Ese saldo sí influye sobre los precios, genera que el bien que se importa sea más caro, porque a más costos más suben los precios y en los que se exportan, al ser más alto el tipo de cambio, rinden más a un productor-exportador, que aumenta también los precios internos. Esos ajustes se hacen sabiendo que retrasando el tipo de cambio, la importación ingresa en mayor medida y desplaza a la producción local, disciplinado los precios pero afectando la industria nacional y el empleo".

4- Estructura productiva desequilibrada y heterogénea: "Ante una mayor demanda y menor oferta, los precios suben, por lo que se necesita de una de mayor inversión, pero ello no es sencillo en cuanto a rentabilidad, se necesita de un Estado que impulse el aumento de la capacidad de producción, con activa participación en los sectores productores de insumos clave para la elaboración manufacturera". 

5- Aumento de los precios internacionales de materias primas: "El aumento externo de materias primas, provoca que los exportadores quieran también obtener más ganancia en el mercado interno, por esto las retenciones son clave como herramienta de política antiinflacionaria. Pero además el incremento de los precios internacionales aumenta también el precio de la tierra, por lo que quien invierte en la misma, exige una tasa de retorno muy alta".

En la presentación y charla-debate con el público, Alfredo Zaiat, remarcó que lo importante es entender que no hay una receta mágica para solucionar los diferentes problemas de la economía, que implican convivir con una tensión permanente, con el trilema: aumento de precios, sostenimiento del crecimiento económico y creación de empleo, lo que "exige privilegiar alguno de estos aspectos afectando inevitablemente al otro, ya que a más crecimiento del trabajo y la economía, mayor será la tensión en los precios". 

"Debemos interrogarnos sobre el discurso instalado por estos hombres de negocios dedicados a la   comercialización de información económica, voceros de distintas facciones del poder económico,   cuestionar las ideas tradicionales y entender que hablamos siempre de proyectos políticos de país con metas económicas, porque la economía debe estar siempre subordinada a la política". 


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