viernes, 7 de diciembre de 2012

La educación como sinónimo de inclusión y democratización



Por Eugenia Rodríguez


  El debate sobre el derecho a la educación es histórico e inherente a la conformación de las sociedades modernas. Desde el pensamiento ilustrado, que instituía a la educación y a la razón como herramientas para el desarrollo del hombre, hasta los más actuales  sistemas de educación nacionales, lo han definido como una facultad indispensable para la propia existencia y la construcción colectiva.

  Es decir que, cuando hablamos de acceso a la educación pública, nos referimos a la posibilidad de contar con una educación que permita la formación de toda persona, para su inserción y desarrollo en el mundo. Para tener capacidad de discernir y decidir su accionar y pensamientos, en el marco de una existencia digna, con conciencia de causas y consecuencias, con capacidad de elección y expresión.

  En tal sentido, si nos preguntamos: ¿qué es educar y aprender?, sin dudas aparece la reflexión sobre la importancia de adquirir los conocimientos que permitan a todo sujeto, pensar en la construcción personal y conjunta de un futuro mejor, es decir, la educación no es otra cosa que la herramienta base para la igualdad de oportunidades, la posibilidad de desarrollo de las propias capacidades y habilidades y de la esperanza de poder construir un porvenir mejor que el presente, en tanto, desarrollo humano y formación de la propia persona, su dignidad y valoración. Se trata entonces, nada más y nada menos que de la posibilidad de pensar por uno mismo, de evaluar críticamente lo que se presenta y fundamentalmente lo que se esconde o no se dice claramente.

De Quino- Tomada del sitio:
 http://elteresa-mtr.blogspot.com.ar/2010/03/jornada-popular-en-defensa-de-la_07.html
  Al respecto, situados en el marco de la actual sociedad de la información, con una enorme cantidad de noticias y datos de todo tipo, circulando de forma vertiginosa, y pensando a la juventud como una etapa clave en el desarrollo de toda persona, aparece la indispensable necesidad de contar con los instrumentos para poder comprender, valorar, comparar y actuar en efecto, y ello sólo es posible a través de la formación educativa obligatoria y esencial, para no ser mero objeto de ideas y acciones ajenas, indiferentes de las propias demandas e intereses.

  En esa línea, se expresa la Profesora de Historia, Marisa Turre, quien trabaja desde el año 1995 en la Escuela de Enseñanza Media Nº 403 de Casas, cuando remarca: “El derecho a la educación y al conocimiento como un bien social y como un derecho humano, constituye un enorme desafío y es la única expectativa capaz de garantizar mejores niveles de justicia social en nuestro país. La educación es fundamental para mejorar las condiciones del individuo, para su desempeño y su inserción en la sociedad. En definitiva, tiene un valor democratizador por excelencia”.

  Como complemento de lo anterior, Turre agrega que, “la lucha futura deberá ser conseguir que las nuevas generaciones se apropien y resignifiquen a la escuela con un sentido de pertenencia, que la conciban como parte de la comunidad y como una institución fundamental para la vida socio-cultural”.

  Paralelamente, vale decir que la formación y aprehensión de conocimientos, constituyen la base para superar el camino del pensamiento único instalado como ideología. Hablamos de una educación como base para el cambio, para el desarrollo de nuevos pensamientos, ideas diferentes acordes al paso del tiempo, nuevos contextos y necesidades sociales.

  Se trata de formar individuos que lejos de reproducir patrones impuestos sean capaces de construir, aportando desde su lugar de ciudadanos al desarrollo social, en otras palabras, a la construcción de una sociedad más justa y equitativa, y nada mejor que la juventud secundaria y universitaria para ello.

  Revalorizar la escuela pública, luego de una década neoliberal en la que se la desprestigió mediante una ideología y accionar que pretendieron imponer la visión de que el sistema público educativo es perjudicial, ya que sólo representa un gasto más para el Estado, en el marco de primacía del sector privado en sus distintas expresiones, es condición esencial para la construcción de un país en el que todos sus pobladores, sin importar lugar de residencia ni posición social, puedan acceder a este derecho vital.

  En consonancia, Gabriela Barbano, profesora de Inglés de la Escuela Secundaria 403, expresa: “Habiendo estudiado desde el nivel primario hasta el superior en escuelas públicas, no puedo más que reivindicar esta enseñanza. Se trata de una educación prácticamente gratuita y de excelente calidad, que si bien puede verse afectada por mayores paros docentes, da cuenta de que cualquier alumno que tenga ganas de estudiar puede egresar con muy buen nivel académico”.

De Quino. Tomada del sitio:
http://www.prensadefrente.org/pdfb2/index.php/a/2007/03/30/p2709?printme=1
 Cabe decir al respecto que, es la escuela media pública la que brinda los conocimientos esenciales para insertarse en el mundo laboral, contribuyendo al desarrollo del aparato productivo y de servicios nacional, al fortalecimiento del mercado interno y la mejora de la calidad de vida poblacional a partir de un crecimiento consustanciado de cada miembro de la sociedad. 
Así como también, es la que permite continuar los estudios y lograr formarse en una profesión que, además de la propia satisfacción, le devuelva a la sociedad lo aprendido, lo estudiado por intermedio de un sistema público y gratuito, garante del derecho básico de toda persona, aquel que el Estado debe proteger, asegurando su efectivo cumplimiento.

  Por todo lo citado, cabe remarcar como conclusión, la importancia de una educación que genere la posibilidad de abrirse a nuevos conceptos, y de pensar de forma compleja, de reflexionar sobre el rol personal y del conjunto en el desarrollo social, en la participación y compromiso, de contextualizar los acontecimientos desde una conciencia que sólo puede ser producto de una aproximación a los hechos históricos, a lenguajes, a descubrimientos científicos, fórmulas matemáticas e investigaciones, mediante la instrucción obligatoria e indispensable. Así y sólo así, los jóvenes de hoy y de las futuras generaciones podrán soñar con la construcción de sus propios proyectos de vida, podrán planificar su horizonte, no por el origen social, sino por sus propias capacidades y destrezas.




Nota Base: http://palabrassublevadas.blogspot.com.ar/2012/12/un-nuevo-edificio-para-un-mejor-futuro.html


No hay comentarios:

Publicar un comentario