"...No te enamores de una mujer que lee, de una mujer que siente demasiado, de una mujer que escribe... No te enamores de una mujer culta, maga, delirante, loca. No te enamores de una mujer que piensa, que sabe lo que sabe y además sabe volar; una mujer segura de sí misma…”
Seguras de sí mismas, esa es la imagen que transmitían los cuerpos de las mujeres que se reunieron este 14 de febrero para decirle no a la violencia de género. Eran muchas, de todas las edades, contexturas físicas, ocupaciones, tan heterogéneas como las formas de violencia que se reproducen en la sociedad y frente a las que ellas deciden levantarse para enfrentarlas en conjunto, a través del trabajo colectivo, de una movida masiva, demostrando que esa frase que dice que la unión hace la fuerza, lejos está de ser un sinsentido.
Bajo consignas como "El machismo mata", "Invisibles ante la injusticia" y "No te calles, denunciá", las mujeres marcharon al ritmo de música y bailes en embellecían sus cuerpos y las unían con sonrisas cómplices y abrazos fraternos.
Porque según lo expresan quienes encabezan esta iniciativa a nivel global, una de cada tres mujeres es violada o golpeada a lo largo de su vida, y ello fue lo que motivó la necesidad de reunirse para bailar contra la violencia hacia la mujer en cada rincón del mundo. En ese sentido hace ya tres años la organización V-Day que impulsa Eve Ensler, autora de Monólogos de la Vagina –en la que entrevista a más de 200 mujeres para preguntarles sobre sexo, relaciones amorosas y violencia doméstica- lleva a cabo la acción global Mil Millones de Pie, que invita a acercarse, sin otro interés y consigna que para luchar contra las formas de violencia que se ejercen hacia la mujer como tal.
A nivel local este es el primer año en que se decide sumarse a la experiencia, a partir de la convocatoria que realizaron la profesora de esferodinamia Sandra Martínez y la bailarina María Rosa Mognaschi, que logró una rápida repercusión y apoyo de las asociaciones que vienen trabajando desde sus respectivos espacios en la temática de violencia.
“…No te enamores de una mujer que se ríe o llora haciendo el amor, que sabe convertir en espíritu su carne; y mucho menos de una que ame la poesía (esas son las más peligrosas), o que se quede media hora contemplando una pintura y no sepa vivir sin la música…”
Sin duda el elemento que conformó el escenario ideal en La Pérgola, punto central del encuentro al que arribaron los grupos que un rato antes se habían reunido en las escalitas del Parque España, por un lado, y en la intersección de Oroño y Wheelwright, por otro; fue la música.
El ritmo marcado por los cantos, la danza y la percusión, llenaba de energía los cuerpos femeninos de las niñas, adolescentes y mujeres adultas que al unísono bailaron, se acompañaron y reclamaron por las que ya no están, por las víctimas de la violencia física, psicológica, sexual, simbólica, económica y patrimonial en sus diversas modalidades.
“Se trata de transformar desde la alegría algo que nos afecta de manera tan trágica y dolorosa a todas las mujeres. Por eso es importante fomentar y fortalecer estos espacios”, manifestó Majo Gerez de Malas Juntas, del Frente Popular Darío Santillán y de la Multisectorial de Mujeres.
Asimismo la militante destacó la necesidad de “involucrase ante esta temática que nos afecta como sociedad. Por eso no sólo es importante la presencia de miembros de diversas organizaciones sociales y políticas sino de personas que independientemente se fueron acercando, lo que demuestra que estos espacios son clave para interpelar a la gente”.
Tales palabras podían comprobarse en la heterogeneidad de mujeres militantes sociales, políticas, funcionarias, estudiantes y trabajadoras, que se congregaron junto a familiares de víctimas de violencia, como los padres de Wanda Taddei, Paula Perassi y Vanesa Celma, formando una marea de color rojo, que las distinguía y unía en la rivera del Paraná.
El color rojo fue el distintivo de quienes decidieron sumarse a la propuesta, colocándose una remera, una vincha, cintas, y otras prendas o accesorios de un color que, a diferencia del mercado que lo utiliza para promocionar sus productos en un día comerciable, ellas lo convirtieron en símbolo de lucha en común.
“..No te enamores de una mujer a la que le interese la política y que sea rebelde y vertigue un inmenso horror por las injusticias. Una a la que le gusten los juegos de fútbol y de pelota y no le guste para nada ver televisión. Ni de una mujer que es bella sin importar las características de su cara y de su cuerpo. No te enamores de una mujer intensa, lúdica y lúcida e irreverente…”
De una mujer dispuesta a apropiarse del espacio público para resignificarlo a través de la acción, de la alegría contagiosa del baile que rompe miedos y barreras sociales, y anima a encontrarse con una misma y con los demás. “Bailá, Levantate, Liberate”, se leía en una de las pancartas que portaban las movilizadas con sus brazos en alto.
Muchas eran bailarinas de profesión, y deleitaban al resto con sus danzas y coreografías, otras se atrevían a sumarse al baile por el simple y maravilloso echo de bailar, estaban también las que acompañaban con palmas, tomaban fotografías y conversaban entre sí. Además podían verse algunos hombres comprometidos también con una problemática que lejos de inscribirse en un enfrentamiento vacío entre los géneros, se sustenta en una realidad concreta que afecta a la sociedad en su totalidad. Tal es el caso por ejemplo del colectivo de Varones Antipatriarcales de Rosario, y de bailarines que se hicieron presentes para apoyar la movida.
Hablamos de una realidad que se materializa en los por lo menos 30 casos de mujeres asesinadas por su condición de género en Santa Fe durante el 2013, provincia que continúa segunda a nivel nacional por la cantidad de víctimas fatales de violencia de género, según datos relevados por Mercedes Pagnutti, del Equipo de Género de la concejala Norma López, en base a los casos publicados en la prensa.
En el mismo sentido de acuerdo a un artículo publicado en enero de este año por Rosario/12, en 2010 se registraron 23 femicidios; en 2011, 29; y en 2012 un total de 26, en el distrito provincial. En el país, el año pasado fueron 285 las víctimas, y también se registró un incremento.
Frente a esos números que son vidas de mujeres como nuestras madres, amigas, hermanas, abuelas, como las de cualquiera de nosotras, las movilizadas replicaban en voz alta, una y otra vez: "mujer, que escucha, únete a la lucha".
La tarde había caído ya en el Parque España y después de una hora de baile los abrazos empezaron a multiplicarse, mientras de fondo sonaba la canción oficial de la jornada, esa que dice: “Baila por amor. Baila por vivir. Baila por tus sueños y deja de sufrir, baila por las calles para resurgir, baila rompe las cadenas aquí estoy, estoy de pie”.
Citas de la poesía "No te enamores..." de Martha Rivera-Garrido / poeta dominicana
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