jueves, 13 de junio de 2013

Chicanas o algo más

  En este año electoral, el clima de cruces y acusaciones propio del partidismo político, es inevitable y ello se potencia cuando las dimensiones se reducen a un pequeño poblado.


  Sin embargo, lo más elemental radica en interpretar los discursos y propuestas que empiezan a perfilar los protagonistas de las diversas alternativas. En relación, que existan distintas posibilidades para los electores es indispensable para un verdadero ejercicio de la soberanía popular, y el fortalecimiento de la democracia participativa.

  En ese sentido, durante años, la inexistencia de opciones ante las que poder elegir, fue una característica deficitaria y cuestionable de las elecciones en Casas, con imposición de la fórmula de gobierno que perduro por más de veinte años y que continúa con algunos cambios en sus figuras visibles, en el presente.

  Por ello, como hace dos años atrás, la novedad de una lista opositora a la oficial genera expectativa en la población. Se trata de una fórmula que luego de salir derrotada en las elecciones para presidente de comuna de 2011, mantuvo una pasividad llamativa hasta hace unos meses, cuando las críticas a la gestión de turno comenzaron a ubicarse en el centro de las discusiones que se canalizan más por las redes sociales, que mediante un sistema orgánico partidario, de debate y proyectos para la ciudadanía, esto desde las dos partes. 

  En esta coyuntura que comienza a encender motores rumbo a las Primarias Abiertas Simultaneas y Obligatorias de agosto, ambas fuerzas, por presentarse desde diferentes líneas políticas, solo medirán su potencial electoral, para formar una perspectiva de su presente, y reforzar acciones,  en vista a las elecciones definitivas de octubre.

  Desde el lado de quienes aparecen como una nueva alternativa, aseguran que el cambio es lo suyo, con un discurso de críticas y acusaciones, evidentes algunas por cierto, otras  que deberán demostrarse con las pruebas correspondientes. Así,  “Todos por Casas”, como se identifican, apuntan a “poner fin a la corrupción vigente”, según lo exclaman algunos de sus miembros. Al respecto, el desafío que enfrentan es lograr mejorar la mala cosecha de la anterior elección, con cuestionamientos sustentados en hechos comprobables y sobre todo con proyectos que interpreten y respondan a las necesidades de la población, superando la mera ironía y agravios, que terminan por convertirse en frases hechas. 

  Desde el otro extremo, quienes llevan años al frente de la conducción comunal, deberán ser capaces de afrontar los riesgos de una competencia que parece fortalecerse, sin salir corriendo o cometer actos desfavorables. Decir que tienen como respaldo tantos años de gestión, es una afirmación endeble, sobre todo si se analiza el malestar general de los habitantes, y las condiciones en que se encuentra la localidad. Igualmente,  experiencia no les falta.

  Al día de hoy queda mucho por ver, analizar, interpretar. No obstante, que Casas sea un verdadero escenario de disputa electoral democrática, sigue siendo una tarea pendiente no garantizada por la existencia de alternativas varias. Por ello, es indispensable que cada quien por su lado, presente con claridad lo que propone como programa de gobierno, esclareciendo cómo se pretenden implementar los recursos, en base a qué necesidades, cómo se planea enfrentar los problemas presentes, es decir, que manifieste su carta de presentación, para ponerla a consideración de los electores.  Esto es clave, para superar las prácticas arcaicas de nepotismo y venalidad, y fundamentalmente, para dejar de jugar con las necesidades humanas de los que menos tienen, por medio de la réplica de acciones ilegitimas y repudiables, que lejos están de la verdadera política de la trasformación social.

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