![]() |
Fuente: Hijos Capital |
La muerte duele, marca el corazón abriendo una grieta que permanecerá ahí para siempre. Y duele más cuando quien se va es alguien cercano a nosotros, y aún más si se trata de una persona joven, sobre quien esperábamos pudiese concretar sus sueños y proyectos.
Pero cuando esa muerte es producto de complicidades e ilícitos que por supuesto, benefician a unos pocos con poder, no sólo duele, sino que da bronca, genera impotencia y también, una necesidad enorme de JUSTICIA.